Descanso en Francia
26 jul 2009
La France!!, Ya fuese por la crisis, por variar y no buscar vacaciones de "no parar" o por evitar las masificaciones para no pillar la Gripe A, el caso es que este año buscamos un retiro de descanso y lejos de los destinos tradicionales.
El destino principal fue la parte occidental de Francia, la zona de Seignosse. Una zona de playa a 50 kilómetros de la frontera con España y a 170 de Bordeaux. Cerca, por lo tanto de Bayona, y de San Juan de Luz.
Pero antes, pasaríamos unos días en Rollamienta.
(En el porche de la c asa de Don Mariano)
No había grandes novedades en el pueblo, y eso, aunque parezca lo contrario, es de agradecer. Y que dure.
Después de 4 días de hablar de las fincas del Yayo, del Registro de la propiedad, de la cochera, de las fincas del yayo, del Registro, de la cochera, de las fincas, del registro, de la cochera, de las fincas, de la cochera…….ah, y sin faltar las conversaciones del Registro, la cochera, las fincas, el lunes no pusimos rumbo a Francia. Sin ni idea de hablar francés, ni idea que íbamos a encontrar en la zona y sin ni idea que podíamos hacer, por fin llegamos a la "Villa de L'Etang Blnac". Nuestro hogar por los siguientes 4 días.
Situado al lado de un enorme lago metidos en una zona boscosa llena de pinos. Relajarse aquí es automático. Muy bonito. Y lo mejor los desayunos con en ese cuadro idílico.
(Aquí desayunábamos a diario)
El mismo día de la llegada, nos situamos en la zona, y visitamos la playa. Muy famosa en el ambiente surfero de Francia, gracias al viento y a las grandes olas que genera. Y allí, el cielo nos regaló una magnifica puesta de sol que volveríamos a repetir el último día.
Al día siguiente nos fuimos a Bordeaux. Hacía un calor brutal que nos pego de lleno nada más bajar del coche y lo sufrimos bastante.
A la vuelta, vimos que pasamos al lado de la duna más grande de europa, la Duna de Pilat y aunque se iba un poco fuera de la ruta, nos fuimos a verla. Mereció la pena. Impresiona y las vistas desde arriba son espectaculares.
El segundo y tercer día nos quedamos en Seignosse. Aprovechamos para hacer senderismo por las rutas que tienen perfectamente marcadas. Desde caminatas de 1 hora, hasta de 3 horas. Y si se combinan, uno puede estar todo el tiempo de caminata sin parar.
En la tercera noche, nos acercamos a Canbreton y con vistas al mar, disfrutamos de unas cervezas bien frescas.
El último día solo pudimos exprimir las últimas sensaciones:
- Un paseo por la playa
- Una siestecita
- Y un poquito de breikendance
Y se terminó Francia. De regreso, breve escala en Salamanca y para Sevilla con su caló.
Navidad en Cambridge
1 ene 2009

Standsted es el aeropuerto "más a mano" de Cambridge. Al llegar cogimos un autobús y en menos de 1 hora nos plantamos en Cambridge.
Una vez instalados, dejamos las maletas y nos fuimos a dar un paseo al centro. Para cenar en uno de los pubs más famosos de Cambridge, el Eagle. Cuenta la leyenda que Francis Crick y James Watson, descubrieron la estructura del ADN tomándose unas cervezas allí mismo. También el pub tiene en uno de sus techos firmas de pilotos de la Segunda Guerra Mundial.
Tampoco buscamos con mucho detalle, pero la verdad es que no llegamos a ver esas firmas de los soldados (Isa dice que si las vio), ni tampoco a Francis, ni a James ni tampoco a ese tal ADN. No sé, al fin y al cabo son sólo leyendas.
(Isa en el Eagle. El hombre de la derecha, al ver que salía en la foto, se puso a charlar con nosotros. Se puso muy contento cuando le dijimos que iba a estar en nuestro salón de España en un marco de fotos. Lo que son las conversaciones tontas de los pubs).
Fuimos al famosisisisisimo (como diría Papuchi) mercado de Notting Hill, que a pesar del frío estaba hasta la bola y donde, por cierto, se escuchaba hablar español por todos los rincones ¿por qué conformarnos con Gibraltar cuando podemos conquistar Londres?
El paseo continuó por el centro, llegando a Market Square (plaza del mercado).
Luego llegamos de nuevo a Parker´s Piece, donde habían montado una enorme pista de hielo.
Cuarto día. Comenzamos con una excursión a Grantchester, un pueblo cercano a Cambridge. Tan sólo se tarda unos 20 minutos en llegar a través de un path (camino), rodeado de extensos y hermosos prados verdes.